Premios GOTY: Lo mejor de 2015

En el sector de los videojuegos hay hábitos, costumbres y rituales que no hacen sino anquilosar al medio y su capacidad de evolucionar como industria. Son errores que se repiten constantemente, fruto en parte de una industria aún por madurar y repleta de inconsistencias. Lo sé, lo sabes, y tampoco es el objetivo de este artículo volver a señalar con el dedo incidentes como el Gamergate.

En esa inmensa lista de tropiezos está -eso sí, en mucha menor medida- la elección de un juego como representativo de todo el año. Podríamos juzgar qué aporta determinar que tal o cual obra adquiera dicho calificativo y ya no hablemos de la problemática que supone utilizar unos criterios concretos para elegirlo, si supone algo más que llevar una pegatina en la portada para vender más copias o si simplemente es una forma de presentar al mundo mediante artículos como este cuáles son los gustos personales de jugadores y periodistas.